De vuelta al cole con las defensas a punto

Un año más, como otros muchos, ha comenzado el regreso de los niños al colegio. Los padres, en especial los de los más pequeños, suelen preocuparse por el estado de las defensas y la salud que les espera a  sus hijos.

Son habituales las preguntas acerca de cómo evitar en la medida de lo posible, que cojan gastroenteritis, resfriados o gripes. Para ello daremos unas pautas, tanto en lo preventivo como en casos agudos.

Mejorar las defensas naturales

De todos es sabido que cuantas más defensas tenga una persona, mayor es su resistencia a los virus, bacterias y gérmenes. En estos días de comienzo de las clases, los cambios del tiempo, de ritmos, las prisas y muchos factores, pueden mermar la eficacia del sistema inmunológico.

Una de las cosas que con frecuencia más pasan por alto los padres, es la actitud con la que el niño va al colegio. No podemos pretender que a todos les guste, pero debemos tener en cuenta que una actitud de rechazo a ir, puede hacer mella en su inmunología y por ello más vulnerable a tener algún problema de salud en ese sentido.

Es importante en todos los casos, pero más aún en los pequeños que van por primera vez, que el planteamiento dado desde casa sea lo menos «obligatorio» y lo más natural y atractivo. La intención es que surja del propio niño el interés en ir. Si lo conseguimos, tendremos mucho terreno ganado.

Obviamente, no siempre es posible y entonces nos encontramos con un panorama de berrinches y rabietas.

En caso de que lo tomen bien, deberemos despreocuparnos de que eso pueda afectar a sus defensas. Pero sin olvidar que no los deja libres de resfriarse en el futuro.

¿Por qué reforzar las defensas del organismo?

En muchas ocasiones, mediante la simple observación de nuestros hijos, podemos saber cuando pueden estar a las puertas de un resfriado o gripe.

Antes de mostrarse síntomas como la fiebre, estornudos, tos o destilación nasal, los veremos más tranquilos, más mimosos, en algunos casos más inquietos. Pero si algunos días antes el niño ha tenido un disgusto, un susto, un berrinche relativamente grande, una desilusión o algún sentimiento similar, es muy probable que su sistema inmunológico se haya resentido y no tenga capacidad para evitar que el virus o la bacteria se instale.

La mejor defensa es la prevención

Si bien no es posible librarse de algún resfriado o gripe de vez en cuando, es posible evitar muchos teniendo en cuenta lo apuntado anteriormente y añadiendo algunas ayudas naturales.

Conviene recordar, como he dicho en se han comentado en artículos anteriores que las dosis para niños no son iguales que las de adulto. Por supuesto que en los compuestos alimenticios para niños eso ya está contemplado, pero si usamos plantas o extractos, tenemos que considerar algunos datos.

No existe un acuerdo común, pero se suele tomar como referencia la fórmula siguiente:
Dosis infantil =peso del niño/70 x dosis de adulto. También se puede usar: dosis infantil = (edad del niño en años x dosis de adultos) / 20.

En el campo de la fitoterapia, tenemos plantas como la Equinácea (Echinacea Angustifolia), o el conocido Propóleo (Propolis). Ambos son los primeros en los que pensar como preventivo aunque tienen una poderosa actividad en casos agudos.

Mejorar las defensas con problemas de salud

Una vez se ha instalado el virus o la bacteria, las ayudas se deben variar con respecto a lo administrado como preventivo. Se puede seguir tomando todo lo anterior, a lo que podemos añadir en fitoterapia el Tomillo (Thymus Vulgaris) y el Romero (Rosmarinus Officinalis). Ambos con gran acción antiinfecciosa y contraindicados en embarazo, lactancia, enfermedades neurológicas y broncoespasmo. Si hay mucha tos podemos añadir Drosera (Drosera Rotundifolia) y miel.

Como hemos visto y comentado, no siempre es posible evitar una caída del sistema inmunológico, pero tenemos en nuestras manos diversos métodos para que no suceda con frecuencia y para que en caso de no poder evitarlo, no sea tan incómodo.

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