Bioenergía: La utilidad práctica

Bioenergía

La Bioenergía nos rodea, interactuamos con ella constantemente. Hay personas que la perciben claramente, otras no son tan conscientes de ella, sin embargo, todo el mundo la utiliza.

Nos relacionamos con la energía de otros seres humanos, animales, plantas, viento, agua, tierra. La energía no podemos crearla ni destruirla, sino transformarla.

Importancia de la bioenergía en el bienestar físico y emocional

Hoy en día se habla mucho del cuidado del cuerpo físico, su mantenimiento y equilibrio, Sin embargo, una de las cosas más importantes en el mantenimiento de la vitalidad física es la bioenergía.

Todo en el universo tiene energía, unas veces más densa, otras veces más sutil, incluso un objeto inanimado lo cogemos y podemos observar que guarda energía del lugar donde ha estado, quien lo fabricó, quien lo tocó antes que nosotros, etc.

Con más conocimiento, podemos utilizar energías más saludables y transformarlas para mejorar nuestro beneficio personal. Hay muchos casos que podríamos mencionar para ilustrar mejor sobre lo que son esas energías. Vamos a ver algunas situaciones, las simples y comunes para esclarecer este tema:

Por ejemplo, probablemente a algunos de ustedes les ha pasado que al entrar en un local o al visitar a alguien a su casa, notamos rápidamente el tipo de energía ambiente. Y por lo general la clasificamos de agradable, tranquilo, confortable, o por el contrario de desagradable, inquietante, dejándonos intranquilos o ansiosos sin saber por que, e incluso podemos salir del lugar con dolor de cabeza o algún otro malestar. Nunca se ha preguntado: ¿Por qué nos ocurre esto?, ¿Qué puede hacer uno para que esto no pase?

A veces una conversación telefónica le hace a uno sentir que esta perdiendo energía, dado que la persona, del otro lado del teléfono, esta desequilibrada en términos de bio-energía y puede drenar las nuestras.

Energía invisible pero real

Todo ser humano crea energía y, por tanto, la desprende. Eso es complicado de explicar por qué estamos educados en una cultura de que “si no lo veo no lo creo” y no todo lo que existe se puede ver. Asómese a la ventana e intente ver las ondas energéticas de los diferentes canales de televisión que surcan el cielo. No creo que pueda ver a ninguna televisión determinada llegando y posándose en su antena de casa. Y, sin embargo, la frecuencia energética existe.

Si todavía tiene en casa cintas de casete, acérquese a un laboratorio y que le hagan un análisis químico. Luego grave su voz y que la analicen de nuevo. La composición química no habrá variado y, en cambio, antes no estaba su voz y ahora sí. Que no lo podamos ver, no quiere decir que no exista.

Y si no, pídale a su médico que le haga una analítica para saber el nivel de rabia o de culpa que tiene. No se puede medir, pero ahí está.

Esos estados de ánimo que no se pueden ver ni medir necesitan manifestarse de alguna manera para pedirnos remedio.

Explorando las Bioenergías

Existen dos procedimientos aplicados en las energías que la mayoría de las veces ocurre sin lucidez, que son la absorción y la donación de bio-energías. Además de estos procedimientos, existen otros procesos y técnicas que uno puede utilizar la absorción de energías para recargarse o vitalizarse.

Esto y mucho más puede aprender conociendo las energías más sutiles del cuerpo humano o bio-energías más sutiles del cuerpo humano.

Existen lugares agradables donde podemos ir a reabastecernos de energías naturales, como parques, lagos, zonas con arboles y poca presencia humana. Es en estos lugares donde encontramos energías de las plantas, del viento, del agua, del sol y de la tierra interactuando con nosotros. Cada uno de estos elementos naturales tiene energías diferentes.

También existen centros que imparten cursos en los que se enseña a percibirlas y diferenciarlas, y así la persona aprende por si misma a entender que tipo de energía le es más afín y agradable según su estado energético. Esto medios naturales de obtención de energías recargan nuestras baterías energéticas.

En cualquier caso, prestemos más atención a nuestros sentimientos, a nuestras emociones, que son de origen energético, antes de que obliguen al cuerpo a manifestarse en formas de dolores y enfermedades.

No hay más sordo que el que no quiere oír.

Deja un comentario