Sucralosa: una alternativa al azúcar

Últimamente se habla mucho de la sucralosa como alternativa al azúcar con el fin de buscar una solución a su uso como refinado. Sobre todo, con el objetivo de reducir e incluso eliminar la ingesta de altas cantidades de calorías en una amplia variedad de productos. Estos productos son, por ejemplo, bebidas y refrescos, bollería, postres, lácteos, conservas, almíbares, jarabes y condimentos.

Origen de la sucralosa

El descubrimiento de la Sucralosa se refiere a 1976 y la avalan más de 120 estudios con base científica durante los últimos 30 años. Estos estudios han coincidido en garantizar la seguridad tanto en su consumo como en la aplicación en todas las franjas de edad.

De hecho, en 1990, la Sucralosa recibió la aprobación de una de las más prestigiosas entidades acreditativas de productos farmacéuticos y alimentarios como es la Administración de Alimentos y Fármacos de los Estados Unidos (FDA) así como por el Comité Conjunto de Expertos en Aditivos Alimenticios de la FAO/WHO.

A ellas se une la aprobación de las más prestigiosas autoridades reglamentarias mundiales, extendiéndose su uso desde 1991 a millones de usuarios.

¿Qué es la sucralosa?

La Sucralosa representa hoy día el único edulcorante hipocalórico obtenido directamente a partir de un producto natural como es el azúcar. Esta importante característica lo ha convertido como decíamos antes, en un ingrediente creciente en uso de los productos alimenticios elaborados y como habitual en muchos establecimientos del ramo alimentario y dietético.

De esta manera, la Sucralosa se extrae del azúcar mediante un proceso patentado que corresponde a las investigaciones de varios científicos del Queen Elizabeth College University of London, que la descubrieron 1976, durante un programa conjunto de investigación con el productor de azúcar inglés Tate & Lyle, PLC.

El proceso consiste en varios pasos que parte del azúcar común o sacarosa y que va sustituyendo de forma paulatina los tres grupos atómicos de hidróxilo por tres átomos de cloro que entran a formar parte de la molécula de sacarosa de una forma altamente estable y que no solo mantiene su dulce sabor sino que lo potencia.

De esta forma, la Sucralosa queda libre de calorías, de ahí que su descubrimiento sea de gran importancia para la industria alimentaria al no agregar calorías a bebidas y alimentos a no ser que provengan de otros ingredientes del producto, como son proteínas, grasas o hidratos de carbono.

La sucralosa no se metaboliza

Tal y como antes explicábamos, la Sucralosa se elabora a partir del azúcar, pero el cuerpo no la reconoce como tal, ni siquiera la reconoce como alguno de sus precursores, por ejemplo como un hidrato de carbono.

La molécula de la Sucralosa pasa por todo el proceso digestivo sin sufrir alteración alguna y tampoco sin sufrir ninguna absorción o metabolización, de manera que es eliminada después de ser consumida, al menos en menos de un 2% de la cantidad ingerida, lo que según los estándares se considera despreciable a nivel de aportación calórica.

Es por ello que su uso, siempre según los estudios científicos que respaldan su consumo, presente diferentes ventajas ante su predecesor, el azúcar.

Es el único edulcorante que se obtiene directamente de un producto natural a partir de un proceso químico. El cloro es lo que facilita ese proceso, pero tengamos en cuenta que el cloro es un elemento permanentemente presente en nuestra alimentación, empezando por la sal (cloruro sódico).

¿Es segura la sucralosa para nuestra alimentación?

Los estudios antes referidos así lo demuestran, si bien existen opiniones que lo ponen en duda. Lo que es seguro es que estos estudios explican su funcionamiento y no existen otros que los contradigan, al contrario que sucede con otros edulcorantes.

La excelencia de estos estudios incluso llegan al punto de afirmar científicamente la total excepción de posibles repercusiones cancerígenas, al revés que sucede con otros productos parecidos.

En este aspecto, han dado su aprobación entidades de más de 25 países, entre las que se encuentran algunas de alto reconocimiento mundial como la antes citada FDA de Estados Unidos y el Comité Conjunto de Expertos en Aditivos Alimenticios de la FAO/WHO, la Rama de Protección de la Salud del Departamento de Salud y Bienestar del Canadá, la Autoridad Nacional de Alimentos de Australia y los ministerios de salud de la Argentina, Brasil, China y México.

Conclusiones de estudios científicos

De todos estos estudios se extraen las siguientes conclusiones y que no:

  • Se le conoce toxicidad en los experimentos llevados a cabo en laboratorio ni en su posterior puesta al mercado.
  • Han encontrado efectos secundarios.
  • Altera los índices de glucosa en la sangre, ni siquiera en personas diabéticas.
  • La metabolización de los hidratos de carbono no queda alterada.
  • Contiene calorías ni carbohidratos que puedan generarlas.

Sólo añadir que después de ser descubierta, la Sucralosa pasó un período de pruebas de control que duró unos veinte años tras el cual obtuvo el correspondiente permiso de uso como edulcorante en más de 80 agencias estatales.

¿Quién puede consumir la sucralosa?

Personas con diabetes

Al no ser un carbohidrato, ya que así no la reconoce el organismo, no tiene incidencia sobre los niveles de glucosa en sangre. Con todo, es necesario que el médico regule y supervise su uso.

Consumo en los niños

Que un producto no presente ningún tipo de contraindicaciones no quiere decir que sea lo más adecuado para un niño. No tiene que recurrir al uso de un producto de laboratorio para su alimentación. Debe ingerir las cantidades necesarias de hidratos de carbono que garantice el aporte de la energía suficiente para garantizar su crecimiento.

Este aporte energético no se obtendrá de un edulcorante artificial e incluso podríamos decir que su consumo vacío de nutrientes les puede llegar a quitar el hambre a la hora de las comidas principales.

Conclusión sobre la sucralosa

Todo en esta vida tiene su cara positiva y su cara negativa. Como tal, es una gran noticia la aparición de la sucralosa en el mercado, pues nunca antes habíamos dispuesto en el mercado de un producto sin toxicidad demostrada, bajo en calorías y abierto a una amplia gama de usos alimentarios.

Sin embargo, es necesario mantener un régimen alimentario equilibrado que no sustituya el uso de la sucralosa por grasas e hidratos de carbono básicos y necesarios para un dieta equilibrada que fomente hábitos alimenticios poco saludables.

Lo correcto es consumirlo en productos esporádicos que nos permitan disfrutar de situaciones especiales. No como una norma en nuestra dieta, a no ser que sea por una necesidad específica. En este caso, siempre deberá estar supervisada por un profesional cualificado de la salud, de la dietética o por su médico.  La sucralosa se presenta como una alternativa segura y altamente efectiva.

Deja un comentario