Los hijos son nuestra ventana al mundo, así como la oportunidad de romper patrones errados. Como padres siempre queremos brindar lo mejor a nuestros hijos. Por ello, una buena alimentación es clave y beneficiosa para la salud de los niños y niñas.
Normalmente los niños pueden presentar resistencia ante el hecho de probar nuevos alimentos. También ocurre que prefieren comidas menos saludables de lo que necesitan.
Todo esto es un proceso de aprendizaje para padres e hijos, por ello la importancia de educarlos.
Es importante fomentar algunos principios para ayudarlos a encaminar una buena alimentación:
- El primero de los consejos es llevarlo al pediatra o a su médico de confianza, sea naturista o no, por si las causas de mala alimentación tuvieran un origen orgánico.
- Para comer el niño debe estar sentado, evitar distracciones.
- Sólo un plato en la mesa, si el niño ve el segundo o tercer plato, puede perder el apetito por lo que tiene delante.
- No darle de comer entre horas, sólo las comidas establecidas.
- Nada de picoteo.
- Siempre comer a la misma hora.
- No poner mucha cantidad en los platos, si quiere repetir que lo pida.
- No poner menos cantidad de comida porque al niño no le guste el tipo de comida.
- Evitar las golosinas.
- No obligarle a comer ni regañarle por ello.
- Las comidas no deben durar más allá de media hora, si no quiere más de su plato o se niega a comer, retira el plato en torno a los diez minutos sin enfadarte y sírvele el siguiente con la cantidad adecuada, en la siguiente comida tendrá más hambre.
- No hay que felicitarle por comer, comer debe ser algo natural y no un esfuerzo.
- Cuidar la presentación del plato, hacer que se vea llamativo.
- No enfadarse ni poner cara de disgusto si no quiere comer, no debe ver motivo de preocupación por vuestra parte por el tema de la comida, si no puedes más y vas a explotar sal fuera de su vista para que no lo vea.
Redactor de Casa Pià