Las Células: Cómo se organiza la Vida

¿Qué son las células?

Las células es la unidad más pequeña que puede vivir por sí sola. Forma todos los organismos vivos y los tejidos del cuerpo. Las tres partes principales de la célula son la membrana celular, el núcleo y el citoplasma.

Una simple célula, sólo visible al microscopio, encierra todo un complejo mundo de vida organizada, con un delicadísimo equilibrio entre sus elementos.

Cumple disciplinadamente su cometido, nace, se alimenta, vive unas horas, unos días, genera otras células, muere y desaparece.

¿Cómo se organizan las células?

Existen millones y millones de células, todas ellas diferenciadas entre sí y organizadas en colonias, grupos, estructuras, cuerpos, plantas, animales. Configurando formas muy definidas, una de las cuales es esa figura en la que nos reconocemos y a la que llamamos ser humano.

Ser humano que podría definirse como agrupación de cuatro trillones de células que dan lugar a un organismo provisto de cabeza, piernas, hígado, pulmones, etc.

Es importante el dar un reconocimiento al laborioso trabajo de tres mil millones de años que ha invertido la “vida” en elaborar ese sujeto concreto y definido que es usted.

Estamos ligados por un hilo invisible a una larguísima cadena de seres que le precedieros sin solución de continuidad. Hombres, mujeres, más hombres y más mujeres, simios, reptiles, anfibios, vegetales, crustáceos, algas, hongos, mohos, sal, minerales, calor, agua, sonido, luz, magnetismo- hasta que llegamos a aquella primera célula que alumbró en el magma acuoso de una tierra que nacía.

Equilibrio Universal

Si nos apartamos de este orden universal con una vida desordenada, lo estaremos pagando caro: infelicidad, desasosiego, malestar y quizás, enfermedad. Si somos o hemos sido dóciles con la vida que fluye incesante, nos sentiremos felices, armoniosamente equilibrados, habremos conocido la salud. Una salud que, si se ha perdido, muy probablemente puede recuperarse en cualquier momento.

Motivo de mayor gratitud todavía, porque habremos aprendido que todo puede ser opuesto, siendo lo mismo, como el día y la noche, el frío y el calor, lo líquido y lo sólido, la materia y el espíritu, el reposo y la actividad, la salud y la enfermedad, alternancia que configuran siempre una unidad, como en su mismo cuerpo : mental y físico, sólido y líquido, activo y en reposo, sometido al nacimiento y a la muerte.

Hace varios miles de años los chinos se dieron cuenta de ello y dijeron que todo lo que existe en síntesis de estos opuestos, y que en el fondo, todo se reduce a energía, pálpito vital que anima todo lo existente y que se materializa en dos fuerzas opuestas y complementarias : expansión y contracción.

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